sábado, 13 de agosto de 2016

Más horas de trabajo… ¿más productividad?

Revista ENTRE NOSOTROS¿Cuántas son las horas diarias de trabajo recomendables para ganarse la vida pero no morir en el intento? ¿Qué consecuencias trae pasarse de la raya y trabajar más de la cuenta? Venimos de celebrar el Día del Trabajador; fecha instaurada en homenaje a los “Mártires de Chicago”, sindicalistas ejecutados en 1886 por reclamar una reducción de la jornada laboral a 8 horas, cuando lo "normal" era trabajar entre 12 y 16. A 130 años de esa fecha, la pregunta es: ¿Hay que trabajar más horas para producir más?
 
Según diversos estudios, rotundamente no: lo correcto no es trabajar más horas sino aprovechar al máximo la jornada laboral. ¿Cuántas son las horas diarias de trabajo recomendables para ganarse la vida pero no morir en el intento? Según un estudio de la Universidad de Stanford (California), deberíamos trabajar un máximo de 8 horas; quienes se exceden no sólo rinden menos y tienen menos concentración, sino que están expuestos a contraer más enfermedades. ¿Lo ideal? Empezar a trabajar a la mañana y terminar tipo5 de la tarde: esto deja tiempo para actividades recreativas, compartir con la familia y descansar lo suficiente para encarar el día siguiente con las energías renovadas.
Resultados y no cantidad
Javier Caparrós, director general de la Bolsa de trabajo y empleo Trabajando.com España asevera que un buen profesional no se mide por la cantidad de horas trabajadas, sino por los resultados que obtiene durante su jornada laboral. Excederse en el trabajo y descuidar la vida personal, tiene consecuencias: se pasa más tiempo sentado y sin hacer ejercicio, aumentando las probabilidades de sobrepeso y enfermedades cardiovasculares. Además, puede acarrear problemas familiares y/o en las relaciones sociales. La Comunidad Laboral Trabajando.com Universia (España) realizó en 2013 una encuesta a más de 2.200 personas y el 56% dijo considerarse adicto/a al trabajo. También se les preguntó por qué trabajaban más de lo recomendable: el 67% alegó tener demasiado trabajo; un 20% dijo que su jefe se lo exigía y el 13% adujo necesitar el pago de las horas extras. Sea por la razón que sea - y sin ignorar que a veces hay REAL necesidad de cobrar más horas o de tener dos trabajos- hace unos años se popularizó el término “workaholic” - “trabajólico” en España- para definir a quien es incapaz de ponerse límites a la hora de trabajar. Vale aclarar que el término “aholic” remite a una adicción, en este caso al trabajo. En “El Club de Recursos Humanos” coinciden en que no se trata de trabajar más horas sino de “aprovechar y apurar nuestro tiempo laboral al máximo”. Para eso, hay que aprender a organizarse. El especialista en Recursos Humanos de este sitio web dice que solemos tener una mentalidad equivocada: creemos que hacer es más importante hacer que obtener resultados. Y agrega que la falta de organización -causante del exceso de horas de trabajo- comienza desde los más altos jefes, quienes por ende impulsan a prolongar la jornada laboral. Lamentablemente todavía vivimos en una época en que los empresarios suelen valorar más a los trabajadores que más horas pasan en sus puestos. Pero no nos engañemos, señalan en Recursos Humanos: Hay quien está en su puesto, pero haciendo otro tipo de labores o simplemente pasando el rato. Según parece, en España es tan mal visto el empleado que no se queda fuera de hora, que se denomina “actitud de la caída de bolígrafos” a la costumbre de dejar “caer” las lapiceras en cuanto llega la hora de salida. Claro que una cosa es quedarse excepcionalmente y otra quedarse porque sí. Entonces, ¿cuál es el término medio?
Equilibrio
De acuerdo a la encuesta de Universia, las personas que trabajaban excesivamente manifestaron haber desarrollado: estrés (23%), insomnio, dolor de espalda, hombros y/o cuello (15%), problemas gástricos, sobrepeso, tendinitis, dolor de cabeza y enfermedades visuales (8%), y depresión (7%). Caparrós destaca algo fundamental: Hay que tener en cuenta el equilibrio laboral con la familia, sobre todo para aquellos que tienen cargos de dirección. Y según él, pasarse de la raya también aumenta el ausentismo y los talentos necesarios para la empresa terminan yéndose a la competencia. Soluciones ¿Las hay? Sí, claro. Fundamentalmente optimizar el tiempo. Aquí van algunos consejos del especialista de El Club de Recursos Humanos:
• Delinear el trabajo diario a llevar a cabo. Pueden surgir imprevistos, pero llevar una agenda de tareas ayuda a establecer prioridades.
• Delegar. Es lo más difícil y no todos saben hacerlo, pero hay que aprenderlo. Según Caparrós, nos cuesta delegar tareas porque tenemos miedo de que nos superen. Esto es falta de seguridad en uno mismo, dice contundente.
• Planificar. La planificación permite evaluar cuánto tiempo se le dedicará a cada tarea. Es importante dedicar a cada cosa el tiempo necesario para así poder avanzar.
• Método y orden. Hay que tener un orden, tanto en el escritorio como en los archivos de la computadora. Se suele perder mucho tiempo buscando cosas que no hemos ordenado correctamente. Cada uno debe encontrar un método de organización que le sea efectivo. Perder unos minutos en guardar nos ahorrará luego muchos minutos más.
• Descanso. Para rendir al día siguiente hay que dormir un mínimo de 8 horas.
En síntesis de lo que se trata es de incentivar -y ejercitar- la cultura de la eficiencia y no de la mera presencia en el trabajo. Los cofundadores de la empresa de diseño web Basecamp son categóricos: Los adictos al trabajo no son héroes. El verdadero héroe ya está en casa porque ya descubrió cómo hacer las cosas más rápido

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